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¿Qué es eso de “Trulalero Tralalá” que repiten en TikTok?

Spoiler: no es Hijitus… pero igual nos hace volver a Trulalá

Si tenés más de 40 y te cruzaste con un adolescente que repite como mantra “Trulalero Tralalá” mientras hace gestos raros frente a la cámara del celular, tranquilo: no perdiste el juicio. Es una tendencia viral de TikTok.

Pero, ¿qué es, exactamente? ¿De dónde sale “Trulalero Tralalá”?

Se trata de un audio viral que se popularizó en TikTok a partir de su pegadiza (y delirante) musicalización. La canción no tiene letra coherente ni mensaje concreto: es puro ritmo, juegos de palabras, sonidos graciosos y nombres estrafalarios como Ballerina Cappuccina o Bombardiro Cocodrilo.

Tralalero Tralala" y "Ballerina Capuccina": ¿qué significan los virales del  universo brainrot?

Todo ese sinsentido, justamente, es parte del atractivo. La gente lo toma como base para hacer videos cortos con disfraces caseros, efectos visuales, bailes ridículos o actuaciones absurdas. El resultado: millones de vistas, imitaciones y risas.

Es un claro ejemplo del tipo de humor que predomina en TikTok: rápido, visual, absurdo, compartible. No importa si no entendés nada, lo importante es que te divierta.

Un universo paralelo… ¿y digital?

A veces, quienes participan de esta tendencia inventan todo un “universo trulalero” poblado de personajes extraños, como si se tratara de una serie animada colectiva. No es una película, ni un dibujo animado oficial: es más bien un juego masivo de imaginación digital, donde cualquiera puede sumarse.

Qué significa Tralalero Tralala en español

Cada creador le agrega su propio delirio, su estilo, su personaje. Así nace una especie de “mitología trulalera” que no sigue ninguna lógica más que la de hacer reír.

Trulalá, el original

Trulalá, claro, es el verdadero. El único. El que conocimos en las historietas de García Ferré y en los dibujitos que marcaron a más de una generación. Ese pueblito encantador donde convivían Hijitus, Larguirucho, el Profesor Neurus y tantos otros personajes entrañables que hicieron de la infancia un lugar más amable.

Trulalá, Buenos Aires - Por: Beatriz Genchi - Piramide Informativa

Nada de filtros ni efectos: bastaba con un sombrero mágico, un villano torpe y la voz inconfundible del narrador para que todo cobrara vida. La magia no venía del algoritmo, sino del lápiz, el papel y una imaginación que parecía no tener techo.

HIJITUSLOGÍA II: ¡Vuelven Las Aventuras de Hijitus por CANAL 13 de Buenos  Aires!

Hoy, en medio de la sobreestimulación digital, la palabra “Trulalá” vuelve disfrazada de tendencia, cargada de sinsentido y ritmo pegajoso. Pero para quienes crecimos viendo a Hijitus transformarse con un “Fu Fuu! Y chucu chucu chucuchucu! ”, ese nombre no se toca. Tiene dueño. Tiene historia. Tiene alma.

Cuando lo absurdo une generaciones

Tal vez, sin querer, esta tendencia esté haciendo algo bueno: despertar una sonrisa, generar una conexión, aunque sea por contraste. Hoy, los más chicos editan personajes en pantallas; nosotros los dibujábamos en cuadernos. Ellos crean villanos con filtros, nosotros les dábamos voz con nuestras manos y una caja de cartón.

Pero al final, todo es juego. Y quizás Trulalá, aquel de Hijitus, sigue vivo no solo en la memoria, sino cada vez que nos permitimos, aunque sea un rato, mirar el mundo con ojos de niño.

Porque ese sí era nuestro Trulalá. Y no necesitaba likes para ser eterno.

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